En sus líneas, él relata estar cansado del beef (probablemente de los más notorios en los que se ha visto involucrado con Pusha T y Kanye West), así mismo, bromea sobre los lujos que tiene, al mencionar que incluso, él a veces se pierde en su propia casa de lo grande que es, entre otras cosas. Mientras que los versos de Lil Durk contrastan en temática, pero no en estilo, al hablar sobre cosas serias como armas y lanzando una advertencia al que sea quien quiera meterse con él, ya sabes, cosas de raperos, sin embargo, el flow encaja muy bien con la canción y con el mismo Drake. Estos temas culminan muy bien en el coro de la canción con la frase: “Algunas veces reímos, otras lloramos, pero creo que eso ahora ya lo sabes, bebé”. Con vistas hacía un nuevo álbum, Champagne Papi se ve más maduro, por no decir, alegre, y parece que su siguiente obra será el álbum de un padre que solo quiere divertirse con su hijo, el rap, y con el que creció todo este tiempo, pero un viaje en el que quizá, también demuestre lo que el nombre de Drake puede hacer.